En la economía actual, dominada por la información y la tecnología, el liderazgo estratégico se ha vuelto esencial para manejar y maximizar el valor de los activos intangibles, como la propiedad intelectual, las habilidades y el talento del capital humano y la reputación corporativa. Esta nueva realidad demanda una comprensión aguda no solo de los mercados tradicionales, sino también de cómo estos activos intangibles pueden ser cultivados y alineados con los objetivos a largo plazo de una empresa para sustentar su competitividad y éxito.
La gestión efectiva de estos activos intangibles requiere un liderazgo que no solo comprenda su importancia, sino que también esté comprometido con la integración de prácticas sostenibles en el núcleo de la estrategia empresarial. La sostenibilidad se ha convertido en un componente clave de la reputación y la identidad de marca, influyendo en cómo los consumidores, empleados y otros actores clave perciben la empresa. Las acciones orientadas a la sostenibilidad pueden mejorar significativamente la percepción pública de una compañía, al tiempo que fomentan un entorno corporativo más responsable y consciente.
Además, la gestión de estos activos va acompañada de riesgos específicos, como los riesgos reputacionales o regulatorios asociados al cambio climático y otros desafíos sociales. Los líderes estratégicos deben ser capaces de identificar estos riesgos y desarrollar planes para mitigarlos eficazmente, lo que incluye la incorporación de las partes interesadas en el diálogo sobre sostenibilidad y la implementación de medidas que garanticen la transparencia y la responsabilidad corporativa.
La desinformación representa otro reto significativo en la gestión de intangibles y la sostenibilidad ya que puede dañar gravemente la reputación de una empresa, esparciendo información imprecisa incluso, manipulada sobre sus prácticas empresariales. Para combatir esto, es crucial que las empresas adopten estrategias robustas de gestión de la comunicación y la reputación que incluyan el monitoreo proactivo de la información y una respuesta rápida y precisa a los rumores y la desinformación.
Por último, en un entorno empresarial en constante evolución, los consejos de administración deben considerar cómo las decisiones tomadas hoy afectarán no solo la viabilidad financiera de la empresa, sino también su impacto social y ambiental a largo plazo. El desafío es grande, pero las empresas que logren integrar exitosamente estos elementos en su estrategia corporativa no solo se posicionarán como líderes en sus respectivos campos, sino que también contribuirán de manera significativa al bienestar global.
¡Crecer es posible!
Para mayores informes:
Yvonne Franco Ortega
Directora General
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